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  • Hay una seguridad primaria en ser tocado, en saber que otra persona, alguien cercano a ti, quiere tocarte. El roce de una mano humana conlleva una seguridad profunda, una afirmación silenciosa y refleja de que alguien está cerca, de que a alguien le importas.

    Jim Butcher (2010). “The Dresden Files Collection 7-12”, p.1584, Penguin