-
Degollamos a un ternero y lo colgamos de los talones para que se desangre y nuestra chuleta de ternera quede blanca; clavamos gansos a una tabla y los atiborramos de comida porque nos gusta el sabor de la enfermedad hepática; despedazamos pájaros para decorar los sombreros de nuestras mujeres; mutilamos animales domésticos sin ningún motivo salvo seguir una moda instintivamente cruel; y consentimos las torturas más abominables con la esperanza de descubrir con ellas alguna cura mágica para nuestras propias enfermedades.