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Cuando, en efecto, los hombres hablan de Belleza, se refieren, precisamente, no a una cualidad, como se supone, sino a un efecto - se refieren, en suma, sólo a esa elevación intensa y pura del alma - no del intelecto, ni del corazón.
Cuando, en efecto, los hombres hablan de Belleza, se refieren, precisamente, no a una cualidad, como se supone, sino a un efecto - se refieren, en suma, sólo a esa elevación intensa y pura del alma - no del intelecto, ni del corazón.