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  • Siempre, el ojo ve más de lo que la mente puede comprender, y vamos por la vida cegados ante mucho de lo que tenemos delante. Queremos un mundo sencillo, pero vivimos en uno magníficamente complejo, y en lugar de abrirnos a él, percibimos el mundo a través de filtros que lo hacen menos desalentador.

    Dean Koontz (2009). “Relentless: A Novel”, p.145, Bantam