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  • La furia de un demonio me poseyó al instante. Ya no me conocía. Mi alma original pareció, al instante, huir de mi cuerpo; y una malevolencia más que diabólica, alimentada por la ginebra, estremeció cada fibra de mi cuerpo.

    Edgar Allan Poe (1927). “Tales by Edgar Allan Poe”, p.35, Dimitrios Spyridon Chytiris