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Solía creer en ellas. Ahora ya no. Están en nuestras cabezas. Las líneas entre blanco y negro tampoco existen. Algunos se las inventaron hace mucho tiempo. Y eso va para la basura blanca y las señoras de la alta sociedad también.
Solía creer en ellas. Ahora ya no. Están en nuestras cabezas. Las líneas entre blanco y negro tampoco existen. Algunos se las inventaron hace mucho tiempo. Y eso va para la basura blanca y las señoras de la alta sociedad también.