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Soy un amante de la causa de Cristo y de la virtud, de la castidad, de una conducta recta y firme y de un andar santo. Desprecio al hipócrita o al quebrantador de la alianza. No los juzgo; Dios los juzgará según sus obras. Soy amante incluso de mis enemigos, pues un enemigo busca destruir abiertamente. Puedo orar por los que me usan con desprecio y me persiguen, pero por todos no puedo esperar.