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La muerte es algo curioso. Solía pensar que era algo grande y repentino, como un enorme búho que se abalanzara desde la noche y te llevara. Ahora ya no. Creo que es algo lento. Como un ladrón que viene a tu casa día tras día, llevándose una cosita aquí y otra allá, y un día das una vuelta por tu casa y no hay nada que te retenga, nada que te haga querer quedarte. Y entonces te acuestas y te callas para siempre. Muchas muertes pequeñas hasta la última grande.