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  • La vida no es una línea recta que conduce de una bendición a otra y finalmente al cielo. La vida es un camino sinuoso y turbulento. Una curva tras otra. Y el objetivo de historias bíblicas como las de José, Job, Ester y Rut es ayudarnos a sentir en nuestros huesos (y no sólo en nuestras cabezas) que Dios está con nosotros en todas esas extrañas curvas. Dios no se limita a aparecer después de los problemas y solucionarlos. Él está trazando el curso y manejando los problemas con propósitos de largo alcance para nuestro bien y para la gloria de Jesucristo.