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¿Todo el mundo se siente así? Cuando era joven, siempre tenía un exceso de confianza o de inseguridad. O bien me sentía completamente inútil, poco atractiva y sin valor, o bien que era todo un éxito y todo lo que hacía estaba destinado a triunfar. Cuando tenía confianza, podía superar los retos más difíciles. Pero bastaba el más mínimo contratiempo para que tuviera la certeza de que no valía absolutamente nada. Recuperar la confianza en mí misma no tenía nada que ver con el éxito... que lo viviera como un fracaso o un triunfo dependía totalmente de mi estado de ánimo.