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Confía en mí, pequeño. Todo el mundo comete errores. Incluso los dioses, y los nuestros son mucho peores que los de los humanos. A diferencia de los humanos, no sufrimos solos. Más bien, compartimos el dolor con miles. Por eso debes aprender a ser como tu padre. A contener tus lágrimas y tu ira. Intenta no castigar lo que amas. (Artemisa)