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Tú mejor que nadie sabes cómo funciona el destino. Lo que te ocurrió como humano sucedió porque todos, desde tus padres en adelante, intentaron eludir lo que se suponía que debía suceder, que en última instancia fue la destrucción del panteón atlante. No había forma de cambiar esa profecía. Pero la forma en que sufriste fue completamente innecesaria. Si tus padres hubieran aceptado su verdadero destino, te habrías ahorrado años de tormento. El destino no será negado. Podemos esculpirlo, pero al final todos somos peones de nuestros destinos finales. Buenos, malos o indiferentes. (Savitar)