Autores:
  • Hablan neciamente los que atribuyen su cólera o su impaciencia a los que les ofenden o a la tribulación. La tribulación no impacienta a las personas, sino que demuestra que son impacientes. Así que cada uno puede aprender de la tribulación cómo está constituido su corazón.

    Martin Luther, J. Theodore Mueller (2003). “Commentary on Romans”, p.91, Kregel Publications