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El juego erótico desvela un mundo sin nombre que se revela a través del lenguaje nocturno de los amantes. Este lenguaje no se escribe. Se susurra al oído por la noche con voz ronca. Al amanecer se olvida.
El juego erótico desvela un mundo sin nombre que se revela a través del lenguaje nocturno de los amantes. Este lenguaje no se escribe. Se susurra al oído por la noche con voz ronca. Al amanecer se olvida.