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Los adolescentes, acuciados por sus hormonas, corren en manada como una horda primitiva. Sólo disponen de una breve temporada de estimulante libertad entre el control de sus madres y el control de sus esposas.
Los adolescentes, acuciados por sus hormonas, corren en manada como una horda primitiva. Sólo disponen de una breve temporada de estimulante libertad entre el control de sus madres y el control de sus esposas.