Éste era el beso que tanto había esperado: un beso que había nacido junto al río de nuestra infancia, cuando aún no sabíamos lo que significaba el amor. Un beso que había quedado suspendido en el aire mientras crecíamos, que había viajado por el mundo en el sovenier de una medalla, y que había permanecido oculto tras montones de libros. Un beso que se había perdido y que ahora se encontraba. En el momento de ese beso había años de búsqueda, desilusiones y sueños imposibles.