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Piense en dos personas que viven juntas día tras día, año tras año, en este pequeño espacio, codo con codo cocinando en la misma pequeña cocina, pasando una al lado de la otra en las estrechas escaleras, afeitándose frente al mismo pequeño espejo del cuarto de baño, trotando constantemente, empujándose, chocando contra el cuerpo de la otra por error o a propósito, sensual, agresiva, torpe, impaciente, con rabia o enamorada... ¡piense en las profundas aunque invisibles huellas que deben dejar, por todas partes, tras de sí!