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Hemos tenido que imaginar la guerra aquí, y hemos imaginado que la libraban hombres mayores como nosotros. Habíamos olvidado que las guerras eran libradas por bebés. Cuando vi esas caras recién afeitadas, fue un shock. "'Dios mío, Dios mío', me dije, 'es la Cruzada de los Niños'.