-
Me sentaba a soñar que los chicos que veía en los espectáculos o en el trabajo -los chicos con pendientes de plata y botas grandes- me decían que era guapa, me llevaban a casa y me daban de comer comida tailandesa o tortillas y me desnudaban y me hacían el amor toda la noche con las palmeras susurrando canciones de viento sobre una ciudad torturada y reluciente y la luz de la luna como llama fundiendo nuestros cuerpos de vela.