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Estaba cansada de que todo el mundo quisiera ir al cielo, de que nadie quisiera morir. Lo único por lo que valía la pena afligirse, decía, era que a veces había más belleza en esta vida de la que el mundo podía soportar.
Estaba cansada de que todo el mundo quisiera ir al cielo, de que nadie quisiera morir. Lo único por lo que valía la pena afligirse, decía, era que a veces había más belleza en esta vida de la que el mundo podía soportar.