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Cuando [los visitantes de su estudio:] se enteran de que el plazo de entrega de las tiras diarias es de seis semanas y el de las páginas dominicales de doce semanas, casi nunca falta un visitante que comenta: "Vaya, se podría trabajar muy duro, ¿no?, y adelantar varios meses y luego tomarse el tiempo libre". Como ya he dicho, aprendo despacio, y hasta el año pasado no me di cuenta de lo extraña que es esa afirmación. No se trabaja toda la vida para hacer algo y no tener que hacerlo.