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Yo me encargo". Apolo dio un paso al frente. Su armadura de fuego era tan brillante que costaba mirarla, y sus Ray-Ban a juego y su sonrisa perfecta le hacían parecer un modelo masculino de equipo de batalla. "Dios de la medicina, a tu servicio.
Yo me encargo". Apolo dio un paso al frente. Su armadura de fuego era tan brillante que costaba mirarla, y sus Ray-Ban a juego y su sonrisa perfecta le hacían parecer un modelo masculino de equipo de batalla. "Dios de la medicina, a tu servicio.