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Pero el victimismo era seductor, una liberación de la responsabilidad y el cuidado. El miedo se transmutaría en cansada resignación; el fracaso ya no generaría culpa sino, por el contrario, una reconfortante autocompasión.
Pero el victimismo era seductor, una liberación de la responsabilidad y el cuidado. El miedo se transmutaría en cansada resignación; el fracaso ya no generaría culpa sino, por el contrario, una reconfortante autocompasión.