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Hemos venido a matar a Zarek de Moesia, y si te interpones en nuestro camino, pequeña, te mataremos. (Que me parta un rayo. El habla. O más bien gruñe. Pero no por mucho tiempo si no cuida su boca. Para que conste, Escudero, se necesitaría más hombre que tú para arañarme. (Syra) Vivo por una mujer que araña. Sólo asegúrate de mantenerlo en la espalda, nena. No me gustan las cicatrices. (Otto)