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Quiero a mi madre por todas las veces que no dijo absolutamente nada.... Pensándolo bien, debió de ser lo más difícil que tuvo que hacer nunca como madre: conocer el resultado, pero sentir que no tenía derecho a impedirme que trazara mi propio camino. Le agradezco todas sus virtudes, pero sobre todo que nunca me dijera: "Te lo dije".