-
Cuando los alpinistas de 1953 plantaron sus banderas en la montaña más alta, las colocaron en la nieve sobre los esqueletos de criaturas que habían vivido en el cálido océano claro que la India, avanzando hacia el norte, borró. Posiblemente hasta seis mil metros por debajo del fondo marino, los restos esqueléticos se habían convertido en roca. Este hecho es un tratado en sí mismo sobre los movimientos de la superficie de la tierra. Si por algún motivo tuviera que limitar todo este escrito a una sola frase, elegiría ésta: La cima del Everest es caliza marina.