Cuatro personas sacan una enorme tarta de bodas de una sala lateral. La mayoría de los invitados retroceden para dejar paso a esta rareza, a esta deslumbrante creación con olas de glaseado azul verdoso y puntas blancas en las que nadan peces y veleros, focas y flores marinas. Pero me abro paso entre la multitud para confirmar lo que sabía a primera vista. Tan seguro como que las puntadas del bordado del vestido de Annie fueron hechas por la mano de Cinna, las flores escarchadas de la tarta fueron hechas por la de Peeta.