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  • ¡Soy un Stormdancer! El simple metal no es nada comparado con el poder de una tormenta". Kade hizo retumbar su voz y extendió los brazos. Sus ojos brillaban con humor. "Yo. soy. Invencible". "Hasta que sople un viento alegre", dije. "Malditos sean esos días soleados". "La perdición de tu existencia". "El azote de la sociedad." "La caída de la decencia." "Y aburridos, también. No hay nada como un buen vendaval para animarse". Kade sonrió.

    Maria V. Snyder (2013). "Cristal de tormenta", p.83, Harlequin.