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La luna en toda su inmaculada pureza colgaba del cielo, riéndose de este mundo de polvo. Me felicitó por mis cuidadas maniobras y me invitó a compartir su eterna soledad.
La luna en toda su inmaculada pureza colgaba del cielo, riéndose de este mundo de polvo. Me felicitó por mis cuidadas maniobras y me invitó a compartir su eterna soledad.