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Amante inmortal, una flor que una vez En el paraíso, junto al árbol de la vida, Comenzó a florecer; pero pronto por la ofensa del hombre Se retiró al cielo, donde creció por primera vez, allí crece, Y florece en lo alto, sombreando la fuente de la vida, Y donde el río de la felicidad a través de medio del cielo Rueda sobre las flores de Elyses su corriente de ámbar: Con ellas, que nunca se marchitan, los espíritus elegidos atan sus mechones resplandecientes.