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Tengo más miedo de que este pueblo tenga tanta confianza en sus líderes que no pregunten por sí mismos a Dios si son guiados por Él. Temo que se instalen en un estado de ciega seguridad en sí mismos... Que cada hombre y cada mujer sepan, por el susurro del Espíritu de Dios a sí mismos, si sus líderes están caminando en la senda que el Señor dicta, o no.