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¡Profeta!" dije yo, "¡cosa del mal! - profeta aún, ¡si pájaro o demonio! Por ese Cielo que se inclina sobre nosotros, por ese Dios que ambos adoramos, dile a esta alma cargada de dolor si, dentro del lejano Aidenn, abrazará a una santa doncella a quien los ángeles llaman Lenore, abrazará a una rara y radiante doncella a quien los ángeles llaman Lenore". Dijo el cuervo: "Nunca más.