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Lejos de mí, mi querida hermana, depreciar tales placeres. Sin duda serían agradables para la mayoría de las mentes femeninas. Pero confieso que no tendrían ningún encanto para mí. Preferiría infinitamente un libro.
Lejos de mí, mi querida hermana, depreciar tales placeres. Sin duda serían agradables para la mayoría de las mentes femeninas. Pero confieso que no tendrían ningún encanto para mí. Preferiría infinitamente un libro.