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¿tienes que sentarte tan cerca?", preguntó con la respiración entrecortada. "Sí", fue su única respuesta. "¿Quieres decirme por qué?" "No". (contestó Darius) "No me gusta". Insistió ella apartándose de él por segunda vez. Él se acercó "¿quieres decirme por qué?" repitió como un loro. "No", repitió ella.