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Imagina que el mismísimo dios ha dado marcha atrás a su reloj y ha invertido tus arrepentimientos. Imagina conocer la profunda verdad de que cualquier imposibilidad que te hiciera verdaderamente feliz te ha sido concedida. Imagina saber que puedes volver a abrazar a tu amante perdido o a tu hijo recién nacido. Imagina lo que sientes durante esos primeros segundos de conocimiento. Ahora, imagina que esos primeros segundos duran días y días. .... Como he dicho, soy químico. Todo vuelve a mí.p62