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La miré fijamente, estudiando su rostro, sus ojos, todo. Era el ángel que domó a un demonio; el alma que lo atrapó y lo sostuvo con un poder que nunca antes había sentido. El amor.
La miré fijamente, estudiando su rostro, sus ojos, todo. Era el ángel que domó a un demonio; el alma que lo atrapó y lo sostuvo con un poder que nunca antes había sentido. El amor.