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Un hecho maravilloso sobre el que reflexionar, que cada criatura humana está constituida para ser ese profundo secreto y misterio para todas las demás. Una solemne consideración, cuando entro en una gran ciudad por la noche, que cada una de esas casas oscuramente agrupadas encierra su propio secreto; que cada habitación en cada una de ellas encierra su propio secreto; que cada corazón que late en los cientos de miles de pechos allí, es, en algunas de sus imaginaciones, un secreto para el corazón más cercano a él.