-
Los oficiales saludaron a su paso y se inclinaron gravemente. Volvieron a cruzar el patio y se sentaron en sus sillas. Ella vio a Waddington encender un cigarrillo. Un poco de humo perdido en el aire, eso era la vida de un hombre.
Los oficiales saludaron a su paso y se inclinaron gravemente. Volvieron a cruzar el patio y se sentaron en sus sillas. Ella vio a Waddington encender un cigarrillo. Un poco de humo perdido en el aire, eso era la vida de un hombre.