-
Los días eran pesados y pegajosos. Todos idénticos, unos iguales a otros. Pronto se desharían incluso de la única distinción que les quedaba, la cáscara de sus nombres: Lunes, martes, jueves.
Los días eran pesados y pegajosos. Todos idénticos, unos iguales a otros. Pronto se desharían incluso de la única distinción que les quedaba, la cáscara de sus nombres: Lunes, martes, jueves.