La vida real es una cosa curiosa. En la vida real, decir lo correcto en el momento adecuado es más que crucial. Tan crucial, de hecho, que la mayoría de nosotros empezamos a dudar, por miedo a decir algo equivocado en el momento equivocado. Pero últimamente lo que he empezado a temer más que eso es dejar pasar el momento sin decir nada. Creo que la mayoría de nosotros tememos llegar al final de nuestra vida y, al mirar atrás, arrepentirnos de los momentos en los que no dijimos nada. Cuando no dijimos "te quiero". Cuando debimos decir "lo siento". Cuando no nos defendimos a nosotros mismos o a alguien que necesitaba ayuda.