Autores:
  • El llanto sonaba aún más fuerte en el exterior. Era como si todo el dolor del mundo hubiera encontrado una voz. Sin embargo, si hubiera sabido que semejante dolor estaba en la habitación contigua, y si hubiera sido mudo, creo -lo he pensado desde entonces- que lo habría soportado bastante bien. Es cuando el sufrimiento encuentra una voz y hace temblar nuestros nervios cuando esta lástima llega a perturbarnos. Pero a pesar de la brillante luz del sol y de los verdes abanicos de los árboles mecidos por la suave brisa marina, el mundo era una confusión, borroso con fantasmas negros y rojos a la deriva, hasta que estuve fuera del alcance del oído de la casa en el muro de piedra.

    H. G. Wells (2015). “The Island of Dr. Moreau”, p.36, Booklassic