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Es fácil amar a los que están lejos. No siempre es fácil amar a los que tenemos cerca. Es más fácil dar una taza de arroz para aliviar el hambre que aliviar la soledad y el dolor de alguien que no es amado en nuestra propia casa. Lleva el amor a tu hogar, porque es ahí donde debe empezar nuestro amor mutuo.