¿Alguna vez has encontrado el deseo de tu corazón y luego lo has perdido? Me había visto a mí misma, un retrato de mí misma como lectora. Mi infancia: días en casa enferma leyendo Nancy Drew, libros prohibidos leídos en secreto a altas horas de la noche. La adolescencia leyendo -intentando leer- libros que había oído que eran importantes, El almuerzo desnudo y El manantial, Ulises y Mujeres enamoradas... Era como si hubiera soñado con el amante perfecto, que se desvaneció al despertarme, dejándome suspirando y malhumorada.