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  • Cuando el frío llega a Nueva Inglaterra lo hace en forma de placas de aguanieve y hielo. En diciembre, el viento envuelve los árboles desnudos y se cuela entre maridos y mujeres dormidos en sus camas. Sacude las tejas de los tejados y se cuela por las grietas del yeso. Lo único verde que queda son los arbustos de acebo y los viejos setos de boj del pueblo, y a menudo están pintados de blanco por la nieve. Las ardillas listadas y las comadrejas vienen a anidar en sótanos y graneros; los búhos se abren paso en los desvanes. Por la noche, la oscuridad es azul y más azul aún, como el zafiro de la noche.

    Alice Hoffman (1999). “Here on Earth”, p.260, Penguin Group