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Octubre se extinguió en una ráfaga de vientos aullantes y lluvia torrencial y llegó noviembre, frío como el hierro helado, con fuertes heladas cada mañana y corrientes de aire gélido que mordían las manos y los rostros expuestos.
Octubre se extinguió en una ráfaga de vientos aullantes y lluvia torrencial y llegó noviembre, frío como el hierro helado, con fuertes heladas cada mañana y corrientes de aire gélido que mordían las manos y los rostros expuestos.