-
Solía pensar que los pares de opuestos eran un hecho, que el amor era lo contrario del odio, lo correcto lo contrario de lo incorrecto. Pero ahora creo que a veces nos tragamos estos conceptos porque es mucho más fácil abrazar absolutos que sufrir la realidad. No creo que haya nada opuesto al amor. La realidad es implacablemente compleja.