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  • La segunda muerte. Pensar que morías y nadie te recordaba. Me preguntaba si era por eso por lo que nos esforzábamos tanto en dejar nuestra huella en América. Para ser conocidos. Piensa en lo importante que se ha vuelto la celebridad. Cantamos para ser famosos; exponemos nuestros peores secretos para ser famosos; adelgazamos, comemos bichos, incluso cometemos asesinatos para ser famosos. Nuestros jóvenes publican sus pensamientos más profundos en sitios web públicos. Dirigen cámaras desde sus dormitorios. Es como si gritáramos ¡Fíjate en mí! ¡Recuérdame! Sin embargo, la notoriedad apenas dura. Los nombres se difuminan rápidamente y con el tiempo se olvidan.

    Mitch Albom (2009). “Have a Little Faith: A True Story”, Hyperion