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No me abandones, escóndete en mi corazón como un secreto, enróllate en mi cabeza como un turbante. "Voy y vengo a mi antojo", dices, "veloz como un latido". Puedes burlarte de mí todo lo que quieras, pero nunca me abandones.
No me abandones, escóndete en mi corazón como un secreto, enróllate en mi cabeza como un turbante. "Voy y vengo a mi antojo", dices, "veloz como un latido". Puedes burlarte de mí todo lo que quieras, pero nunca me abandones.