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He oído lo que los poetas escriben sobre las mujeres. Riman, rapean y mienten. He visto a marineros en la orilla contemplar en silencio el lento oleaje del mar. He visto a viejos soldados con corazones de cuero llorar al ver los colores de su rey estirados contra el viento. Escúchame: estos hombres no saben nada de amor. No lo encontrarás en las palabras de los poetas ni en los ojos anhelantes de los marineros. Si quieres saber de amor, mira las manos de un trovador mientras hace su música. Un trovador sabe.