-
¿Chloe? Soy yo". Tras una pausa, añadió: "Derek", como si pudiera confundir ese profundo rumor con cualquier otro, como si pudiera confundir esa pequeña parte de mí que se animó como un cachorro ansioso diciendo: "Es él". Es él. ¡Rápido! Ve a ver qué quiere". Dios, ¿cómo había estado tan ciega? Ahora parecía tan obvio.